No montes tu negocio a lo loco. ¡Toma precauciones!

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Hay que emprender, sí, pero no a cualquier coste. Te damos unos consejos para hacerlo con cabeza.

Asumir riesgos no es sinónimo de lanzarse a lo loco, sino que si, en épocas de bonanza es aconsejable analizar muy bien la viabilidad de un proyecto, más aún lo es ahora. Sigue los siguientes consejos para no darte el batacazo a las primeras de cambio:

Inversiones moderadas.

Teniendo en cuenta que el dinero no fluye a espuertas y que las condiciones de acceso al crédito se han endurecido, si decides emprender (o desarrollar una nueva línea de negocio dentro de tu empresa), hazlo en negocios que no requieran grandes inversiones iniciales.

Recursos propios.

Sin perder de vista el punto anterior, apóyate en recursos propios, evitando apalancarte con inversores externos, principalmente bancos. En el caso de proyectos tecnológicos, existen business angels dispuestos a invertir en nuevas iniciativas (ver última pág. de este dossier). Eso no quiere decir que regalen dinero, pero sí están más abiertos a escuchar propuestas innovadoras. En esos casos, si decides emprender, los business angels ven con buenos ojos que apuestes 100% por tu idea, con recursos propios y a tiempo completo. En cambio, generarás cierta desconfianza para asumir riesgos si compaginas un trabajo por cuenta ajena con el diseño de tu idea. “A las empresas que ya operan, les recomiendo que no se priven de emprender, pero que el nuevo proyecto no comprometa ni hipoteque su negocio actual, porque podría llevarles a la ruina”, sostiene el experto Lluis Margalef.

Externaliza.

En ese afán por controlar los costes (evitando los gastos superfluos) de tu nuevo proyecto, subcontrata la gestión, excepto la parte sensible del negocio. “Y dedica gente específica al nuevo proyecto para que no se encalle. Una tónica muy general es que, paralelamente al día a día, se implanta el nuevo proyecto y éste se acaba eternizando. Muchas empresas tardan un año en hacer esa tarea y mientras un competidor se les adelanta. No pierdas una semana porque estés en el día a día, sino que, después de estudiar concienzudamente la viabilidad del nuevo proyecto, métete de lleno en él, y si lo puedes hacer en seis meses no lo hagas en un año”, señala.

Comparte riesgos.

Busca alianzas que te permitan compartir riesgos, recursos e inversiones. Podrás llegar a mercados y clientes a los que no accederías en solitario.

Seguir la tendencia.

Otro consejo de Margalef, sobre todo, para aquellos que fabrican o producen para otras empresas: “Que tengan en cuenta la tendencia de sus clientes. Por ejemplo, en la industria subsidiaria de automoción ha habido empresas que no han sabido ver y seguir la tendencia de las marcas de coches (irse a otros países, cambiar el metal por plástico, etc.). Hay empresas pequeñas que han visto reducir sus ventas entre un 30 y un 50%, y cuando han querido darse cuenta, ha sido tarde. Al final, lo importante de un negocio es tu cliente y si él deriva hacia un lado tú tienes que hacer lo mismo”.

Muy flexibles en los planes.

Evita los extremos: “Ni aquel que no hace planes y va a salto de mata, enfrentándose a contínuos imprevistos, ni aquel que detalla su plan de negocio en exceso y evita cualquier desviación. Si estás probando un servicio y no te funciona como habías previsto, gira el primer día que notes el síntoma”. En ese sentido, los equipos deben ser reducidos para tener libertad de movimiento y cintura para sortear los imprevistos. Y echar mano de profesionales externos, aprovechando que hay muy buenos en el mercado”, sostiene Margalef.

Noticia extraída de: emprendedores.es