¿Cómo tienes que elaborar un presupuesto para un cliente?

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El presupuesto es un documento que emplea un vendedor para plasmar una oferta detallada de una venta. Al tratarse de una oferta, si es aceptada por el comprador, será el origen de un contrato de compraventa. Por tanto, es necesario que contenga todos los datos necesarios para establecer los términos y condiciones de venta. ¿Cuáles? Son estos.

En su guía Cómo calcular Costes, los expertos en creación de empresas del Instituto Gallego de Promoción Empresarial (antes, BIC Galicia), resume así el contenido mínimo que debe contener un presupuesto, con independencia del trabajo que se vaya a realizar.

Hay trabajos que son mejor percibidos por el cliente que otros, pero, como mínimo, deberá presentar los siguientes requisitos:

1. «Debe incluir desde la presentación de nuestra empresa hasta la solución que pensamos darle al cliente, así como ejemplos de trabajos ya realizados, y un presupuesto cerrado indicando qué incluye y, tan importante como esto, qué no incluye», apuntan los expertos.

2. «Siempre debemos partir de la idea de que el cliente no tiene por qué contar con un conocimiento claro del producto o servicio que le vamos a ofertar. Si lo conoce, puede pensar que está poco desarrollado, pero si no lo conoce y le pasamos un presupuesto excesivamente técnico, no le podremos hacer llegar nuestra idea de manera que él pueda visualizar el resultado», dicen.

3. «Como empresa nos interesa poder transmitir la mayor cantidad de ideas en el menor espacio posible. Es recomendable utilizar tablas y puntos», continúan.

Los datos que se van a consignar en un presupuesto son básicamente los que se especifican en la factura comercial:

  • fecha, nombres y razones comerciales del comprador y vendedor.
  • qué trabajo se va a realizar.
  • establecimiento del precio de los trabajos.
  • la forma de pago y el tiempo para hacerlo una vez aceptado el presupuesto.
  • tiempo de validez de la oferta.
  • qué no incluye el presupuesto (participación de otros proveedores, piezas no incluidas, impuestos, etc.…)
  • debe aparecer tu firma, con el puesto que ocupas en la organización, así como la firma del cliente con su número de identificación fiscal, su firma y el sello de la empresa.

«Una vez firmado y aceptado por las partes, tendremos lo más parecido a un contrato en nuestras manos, pues existe la voluntad de las partes o consentimiento. Hay un objeto cierto del contrato y una causa para su realización», explica esta guía.

«En cuanto a la protección frente a mi cliente, está vendrá respaldada porque, en el caso de impago del cliente, se podrá acudir a un procedimiento monitorio , ya que se puede demostrar que la deuda existe y es exigible, conforme a los artículos 812 y siguientes de la Ley de enjuiciamiento civil», advierten.

Noticia extraída de: emprendedores.es