Los ingredientes de la mejor empresa para trabajar

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Conciliación, retribución, reconocimiento y un buen jefe son algunos de los ingredientes para cocinar un ambiente laboral que mejore los resultados de negocio.

En Sngular, una empresa made in Spain de tecnología de la información, han incorporado una nueva figura profesional: el Chief Happiness Officer (CHO). José Antonio Gallego ocupa ese puesto y es quien vela por la felicidad de los clientes y de los empleados para que puedan trabajar en las mejores condiciones posibles. «El verdadero talento es un bien escaso. Por tanto, si una empresa quiere que el profesional más preparado la elija, no basta con ofrecer un buen salario, también tiene que sentirse satisfecho con su trabajo», explica. Y como no puede ser de otra manera, José Luis Vallejo, presidente y CEO de la compañía, asegura que «si los empleados y clientes están felices es señal de que nos encontramos ante una empresa en la que se hacen bien las cosas. El sentimiento de felicidad sólo se logra cuando el profesional se siente seguro en su tarea, identificado con la misión de la compañía y realizando un trabajo que le aporta satisfacción, más allá de su nómina a final de mes». Sngular cuenta con una plantilla de 320 personas y prevé alcanzar los 1.000 empleados y una facturación de 50 millones de euros en 2020.

Los ránking

La felicidad junto con el talento, son los términos más manidos en recursos humanos. Tanto es así que en algunos casos se cae en la vanalización. Sin embargo, no cabe duda de que uno y otro son dos de los ingredientes imprescindibles para cocinar lo que se ha venido en llamar mejor empresa para trabajar, una de las aspiraciones de empresas como Sngular. Al margen de ránking como Top Employer, Great Place to Work o Merco, por mencionar los más populares, ni son todas las que están ni están todas las que son. Los listados de mejores empresas para trabajar son una foto pero, en la mayoría de los casos, adolecen de una valoración más amplia de la opinión de los empleados, auténticos portavoces del ambiente de trabajo.

Asimismo carecen de cierta agilidad: una encuesta anónima sencilla y que vaya al grano de los problemas más relevantes, puede resultar más eficaz que un sesudo cuestionario. Con esa filosofía nació en 2007 Glassdoor en Estados Unidos. Esta plataforma, que también ha llegado a Australia, Canadá, Francia, India y Alemania, permite al empleado dar rienda suelta a sus críticas sin decir quién es y acceder a las opiniones de otros. Amadeus, una de las grandes cotizadas en España ha adoptado esta herramienta en sus encuestas.

Sodexo es una de las organizaciones que lleva años apostando por la calidad de vida en el trabajo y por facilitar también las de los clientes a los que presta sus servicios, más allá de los populares Cheque Restaurante. Miriam Martín, directora de márketing y comunicación de Sodexo BI, asegura que los ingredientes que convierten a una compañía en la mejor para trabajar son varios y tienen que estar bien equilibrados: «Una empresa que sea referente posee una cultura y unos valores claros que se practican en el día a día, que invierte en innovación y creatividad, con unos líderes que logren ser un referente».

Los ingredientes

Hay quien ya menciona un liderazgo flexible que, además de predicar con el ejemplo, proporcione las herramientas necesarias para que los empleados sean artífices de su calidad de vida. Y, en algunos casos, los rankings sí proporcionan marca positiva en este sentido. María García, socia de Smart Culture, menciona un doble valor añadido aparecer en estos listados de mejores empresas para trabajar: «Por una parte la satisfacción y orgullo de pertenencia de sus empleados, siempre que las compañías fomenten una cultura participativa, que les haga sentirse parte del éxito. Y por otra, la imagen de marca que se proyecta».

En cuanto a los factores que García considera imprescindibles en una organización de referencia señala, «el empowerment y confianza de los primeros niveles directivos en sus colaboradores, la percepción sobre la visión compartida y la cohesión de los Comités de Dirección, la comunicación 360º, la existencia de una verdadera cultura de desarrollo y feedback, la cooperación y la transversalidad entre las diferentes áreas y negocios, y la alineación entre las pasiones y fortalezas de los empleados y las necesidades de la organización».

Todos estos valores se suponen intrínsecos a las organizaciones. La mayoría de ellas los convierten en el símbolo de esa cultura corporativa. ¿Cómo detectarlos? Miriam Martín tiene clara la respuesta: «Creo que es precisamente el trabajador de este tipo de empresas el que termina convirtiéndose en el mejor embajador de la marca, porque finalmente son estas compañías las que logran que los trabajadores se sientan comprometidos con su trabajo y tengan un vínculo profesional y emocional». Por este motivo, Vallejo considera necesaria «la creación de canales directos y continuos con el empleado, saber qué motiva a cada persona y poder ofrecerles planes de carrera que se adapten a sus preferencias».

Noticia extraída de: expansion.com