Parecer más original de lo necesario, usar un lenguaje ‘happy flower’ o exagerar más de la cuenta puede resultar ridículo y perjudicial para nuestra carrera profesional. Un reciente estudio desaconseja ciertos excesos en el uso de emoticonos amables en el ámbito laboral.
Algunos piensan que ser muy original en las redes sociales o al usar mensajes de correo electrónico incrementa su percepción de competencia y profesionalidad. Hay quien decide definirse de formas tan diferentes que no repara en que esto no beneficia demasiado en el entorno laboral. Y si se trata de buscar trabajo, tampoco resulta positivo de cara a un reclutador. Ciertos profesionales se creen más atractivos y rompedores que los demás en su bio de Twitter o en las definiciones y textos que incluyen en otras redes sociales, pero normalmente sólo consiguen reflejar una imagen negativa (incluso ridícula) que no atrae y que causa rechazo.
Caritas sonrientes, manitas, símbolos de la victoria, besitos y demás emoticonos alegres pueden crearle mala imagen y hacerle parecer poco serio y aún menos profesional. Estas son algunas conclusiones de un estudio realizado por la Universidad Ben-Gurion de Israel y la Universidad de Ámsterdam que, entre otras cosas, aconseja no utilizar los emoticonos en un entorno laboral si no se conoce bien a la otra persona. Desaconseja el uso de smileys y otros iconos similares, sobre todo en las interacciones iniciales.
Ella Glikson, una de las autoras de la investigación, asegura que «el estudio permite concluir que el uso de smileys (caras sonrientes) en el ámbito profesional, como pueden ser los correos electrónicos, hacen que disminuya la percepción de competencia de aquel que los usa, y en realidad no contribuyen a parecer más amable o sociable».
Los emoticonos son considerados como ruido inútil para la actividad profesional. Así, al «al pedir a un usuario que responda a un correo electrónico acerca de aspectos formales, las respuestas son más detalladas e incluyen más información relacionada con el contenido cuando el correo electrónico no incluye un smiley, que ante todo hace parecer menos competente a quien remite la respuesta».
El exceso en el uso de emoticonos alegres y amables en el entorno laboral se puede asociar a una tendencia happy flower que preside el uso que ciertos profesionales hacen de sus correos electrónicos y de su actividad en redes sociales. Esta exageración, que roza en ocasiones el ridículo, implica muchas veces una falta de consistencia y coherencia. Lejos de demostrar frescura y originalidad que llame la atención, esos excesos absurdos pueden ser considerados por jefes, colegas, clientes (y reclutadores) como un engaño.
Noticia extraída de: expansión.com