Expertos en selección de trabajadores nos dan las claves sobre cómo afrontar una entrevista de trabajo. La principal, ser uno mismo y huir de las respuestas de manual.
Huir de las respuestas de manual y afrontar las entrevistas tratando de ser uno mismo son la mejor receta si se quiere triunfar en un proceso de selección. No se trata de no prepararse para la entrevista, sino de comportarse con naturalidad. «Conviene que la gente vaya sabiendo sus puntos fuertes y débiles, pero no que lo hagan con respuestas preparadas sino que se comporten tal y como son y faciliten información al reclutador», explica Encarna Maroño, directora de Recursos Humanos del Grupo Adecco.
«La naturalidad y la espontaneidad son muy valoradas pero sin excesos», matiza Antonio Aranda, Team Leader del área de Corporate Finance&Human Resources de Randstad España. «Lo más importante para afrontar una entrevista con éxito es el autoconocimiento: conocer tus logros, tus éxitos, los objetivos que te has marcado en el pasado y que has podido conseguir».
Algo que parece sencillo a simple vista, pero en lo que mucha gente falla cuando se enfrenta a un proceso de selección. «A veces los candidatos están tan desesperados por encontrar un empleo que preparan tanto la entrevista que pierden espontaneidad. En las entrevistas se trata de ser honesto, tú mismo, de mostrar tu auténtico yo. No se trata de forzar ni de generar respuestas idóneas», añade Jaume Gurt, director de Organización y Desarrollo de Personas en Schibsted España (formada por las marcas InfoJobs, Fotocasa, Vibbo, Coches.net y MilAnuncios).
Preguntas inesperadas
Por eso, Gurt, autor del blog CEO sin corbata, siempre recurre cuando entrevista a algún candidato a una batería de cuestiones que estos no se esperan. «Todas las entrevistas tienen que tener una parte fresca con preguntas sobre las que la gente no esté entrenada. Yo les pido que me hablen de alguna película, de un libro o de un cuento para conocerles un poco más. Cada vez es más fácil tener títulos, experiencia, pero lo que marca la diferencia es la persona: su entusiasmo, sus valores».
Con la entrevista, el reclutador, consultor o cazatalentos trata de descubrir qué persona hay detrás del Currículum, y ver si es el candidato idóneo para el puesto vacante. «Se busca ver cómo esa persona se desenvuelve en las distancias cortas y analizar así todo su potencial», sostiene Jorge Guelbenzu, director general de Infoempleo.
Una entrevista es una oportunidad para venderse que no se debe dejar escapar porque a veces cuando se cierra una puerta, se abre otra a continuación. «En ocasiones según haces la entrevista te das cuenta de que esa persona no va a encajar bien para esa posición, pero sí podría hacerlo para otra», añade Maroño.
Errores que se deben evitar
Y si bien es cierto que una entrevista puede ser el paso definitivo para conseguir un empleo o para establecer un contacto que pueda servir al candidato en un futuro, también puede convertirse en su peor pesadilla si comete algunos errores que los reclutadores no perdonan.
La impuntualidad, un aspecto inadecuado, no apagar el teléfono móvil, hacer comentarios negativos de anteriores empleos, jefes o compañeros y mentir son algunos de los pecados que debes evitar cometer si no quieres ser descartado de antemano. «Mintiendo se pierde la confianza por completo. La gente suele mentir mucho en los idiomas y en los conocimientos que posee para intentar quedar mejor; pero con las mentiras sólo consigues que te descarten», apunta Maroño.
Mostrarse receptivo e intentar que la entrevista se parezca lo más posible a una charla, sin caer en incoherencias y contradicciones son algunos de los consejos de los expertos para abordar con éxito un proceso de selección.
Aunque la experiencia y la formación siguen siendo importantes, las empresas valoran cada vez más las habilidades y las competencias de los candidatos: las ganas de aprender, la ilusión por sumarse a un proyecto, el entusiasmo, el saber trabajar en equipo, la capacidad de trabajo, la flexibilidad, la polivalencia, la capacidad de comunicación y la inteligencia emocional, es decir, la capacidad para gestionar las emociones en momentos de crisis. Y, por supuesto, que «manejen con soltura la tecnología, estén al tanto de las novedades del sector y conozcan cuantos más idiomas mejor», explica Guelbenzu.
Y para descubrir si los candidatos poseen todas estas habilidades o algunas de ellas, los profesionales de selección de personal, fundamentalmente psicólogos y pedagogos, recurren no sólo a las entrevistas individuales sino también a entrevistas grupales, ejercicios de simulación, etc. Todas estas herramientas con un único objetivo: conocer a fondo al candidato. Para Gurt, «las empresas reciben Currículum muy similares y no hay nada que marque la diferencia. Se trata de buscar ese factor diferencial». «El valor único que aporta ese profesional resepecto a su competencia o su interés por la empresa, encaje con la cultura y valores o su ambición», añade Guelbenzu.
La importancia de un buen Currículum
Los reclutadores no ven todos los Currículum de personas interesadas en un determinado puesto de trabajo. En primer lugar, se emplea la tecnología para filtrar por categorías (ámbito geográfico, formación, experiencia) aquellos que mejor se ajusten a las características de la vacante. Y los que resultan seleccionados son analizados por un consultor y pasan a la siguiente fase. «Por eso, es muy importante que en el Currículum se describan muy bien no sólo los cargos que se han desempeñado en el pasado, sino también las funciones que se han tenido y los logros que se han conseguido», añade Gurt. Además, apunta Aranda, conviene «adaptar el Curriculum a la oferta a la que se aspira partiendo de un Currículum base y resaltar los aspectos que resultan más idóneos para esa posición». «Y cuidar no sólo el contenido sino el formato y la estética», recuerda Guelbenzu.
El candidato debe tratar de transmitir en todo momento por qué es el candidato idóneo para esa vacante. Para acudir con más seguridad, los expertos recomiendan que se informe antes sobre la compañía, sus valores, la vacante en cuestión, etc. Es decir, que acuda con los deberes hechos pero sin perder la frescura. «Valoramos mucho que el candidato muestre interés por el proyecto de la empresa y que se haya informado sobre los valores de la compañía», explica Aranda.
Aunque el reclutador es el que guía la conversación, el candidato también puede preguntar. Eso sí, debe tratar de ser coherente con el desarrollo de la entrevista. «Son completamente pertinentes las preguntas sobre la compañía, las funciones que se desempeñarían en caso de ser seleccionado, la responsabilidad que se asumiría, el proyecto, etc», añade Aranda. Pero, precisa, en el tema de los salarios conviene esperar a que sea el entrevistador el que saque esta cuestión; aunque añade: «En ningún caso este asunto debe ser un criterio para descartar».
Noticia extraída de: elmundo.es