José Luis Rodríguez Zapatero engañó a todos sobre la magnitud de la remodelación del Gobierno. Y lo hizo públicamente y por partida doble. Pero, lejos de pedir disculpas por sus mentiras sobre el alcance de la crisis -que limitó al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho-, se jactó de ellas, en tono burlón, durante la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada el sábado en Madrid.
Primera mentira. El presidente del Gobierno aseguró el domingo 17 de octubre, tres días antes de dar a conocer la amplia e inesperada remodelación de su Ejecutivo, que ésta se limitaría únicamente al relevo de Corbacho, un cambio forzado por la marcha del entonces ministro de Trabajo a Cataluña. Zapatero aprovechó una conversación informal con un grupo de periodistas, al término de un mitin matinal del PSOE en Ponferrada (León), para difundir su engaño, consciente de que al día siguiente todos los medios de comunicación se harían eco de sus declaraciones. Y redondeó el embuste con una verdad a medias, al anunciar que el nombre del nuevo titular de Trabajo lo haría público el día 20, al concluir en el Congreso el debate de totalidad de los Presupuestos.
No era la primera vez que Zapatero insistía en que la crisis de Gobierno, de producirse, no sería tal hasta principios de 2011. El jefe del Ejecutivo afirmó al menos en un par de ocasiones durante las semanas previas a la cita de Ponferrada que sólo sustituiría a Corbacho, argumentando que los miembros de su Gabinete debían concentrarse ahora en la lucha contra la crisis económica y en explicar las reformas en marcha, y que una remodelación en profundidad del Consejo de Ministros les distraería de ese objetivo.
Engaño consumado
Segunda mentira. Consumado el engaño, Zapatero comparecía en La Moncloa a mediodía del pasado miércoles para informar oficialmente de los cambios en el Gobierno, que unas horas antes ya recogían todos los medios de comunicación. Durante la multitudinaria rueda de prensa, varios periodistas le recordaron lo que había asegurado tres días antes en Ponferrada: que laminicrisis afectaría sólo al titular de Trabajo. Y el líder socialista volvió a mentir. Zapatero trató de convencer a los informadores de que, en realidad, no había engañado a nadie, ya que sus declaraciones en la localidad leonesa las hizo el domingo por la mañana, y su decisión de poner patas arriba el Gobierno la adoptó por la tarde de ese mismo día.
Zapatero, según fuentes socialistas consultadas por El Confidencial, venía dándole vueltas a una remodelación en profundidad del Gobierno desde mucho antes. Pero no se decidió a ponerla en marcha hasta que, el pasado día 15, se garantizó el apoyo del PNV y Coalición Canaria a los Presupuestos Generales del Estado de 2011. Y, de paso, se aseguraba su continuidad en La Moncloa, sin sobresaltos parlamentarios, hasta las elecciones de 2012.
Y la burla. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE se presentó el pasado sábado ante el Comité Federal socialista para recibir la bendición de los suyos a los cambios en el Ejecutivo y en el propio aparato de Ferraz, con la sustitución de Leire Pajín por Marcelino Iglesias como nuevo secretario de Organización. Durante su intervención ante los 200 miembros del máximo órgano del partido entre congreso y congreso, Zapatero explicó las razones de la remodelación. Y aseguró, con una sonrisa burlona dibujada en el rostro: «Yo ya sabía en Ponferrada lo que iba a pasar esta semana».
José L. Lobo EL CONFIDENCIAL