El estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007 y la transformación de los hábitos de los consumidores sacan al sector de la construcción de su inmovilismo tradicional.
El sector de la construcción se ha caracterizado por ser uno de los más tradicionales y reacios a la innovación. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria, a finales de 2007 y, la transformación de los hábitos y expectativas de los consumidores le obliga a reinventarse al amparo de las nuevas tecnologías. Estas son las que pueden resultarles más útiles:
1. El Big Data
El mercado inmobiliario tiene un sistema de fijación de precios cada vez más dinámico, sujeto a continuas fluctuaciones y que reparte además su oferta entre infinidad de portales y plataformas dirigidas a públicos muy diferentes.
Por eso resulta insólito que, hasta hace relativamente poco tiempo, las empresas promotoras e inmobiliarias no recurrieran a herramientas de análisis para obtener mejor información sobre el mercado a partir del ingente volumen de datos que manejan.
Este mayor uso de datos está, además, cada vez más generalizado en el ámbito de la compraventa –en que las agencias, por ejemplo, pueden conocer la elasticidad de la demanda o anticipar la reacción de sus consumidores a las oscilaciones de precio–, pero también en el de la construcción, donde el análisis de la información histórica sobre el funcionamiento de un determinado espacio puede dar pistas sobre cómo plantear una reforma atractiva para sus compradores potenciales.
2. Impresión 3D
La impresión 3D parece destinada a ser la tecnología más disruptiva para el sector de la construcción en los próximos años, en la medida en que ya está acreditada y puesta a prueba su capacidad no sólo para presentar maquetas antes de acometer la construcción, sino también para imprimir muros, ladrillos y materiales aislantes. Aunque la impresión 3D de viviendas está dando sus primeros pasos, está destinada a realizar una gran aportación al problema habitacional, al tiempo que plantea una gran oportunidad de negocio para las compañías del sector que apuesten por esta tecnología. La impresión 3D permite, asimismo, procesar materiales tradicionales como morteros y hormigones, que son los más utilizados en el sector.
3. Economía digital
“Aunque la complejidad inherente a la compra de un activo inmobiliario predisponga a vendedor y consumidor a afrontar un proceso largo, fatigoso y con un punto de incertidumbre, esa realidad está cambiando con el avance imparable de la economía digital”, afirman en Signaturit.
Hoy las empresas inmobiliarias ya trabajan intensamente en redefinir sus experiencias de usuario para volverlas más rápidas, accesibles y personalizadas, como acreditan por ejemplo los esfuerzos del portal de Laura Núñez, CEO de Plan Reforma, un comparador de presupuestos profesionales de construcción, tanto para reformas como para obra nueva. Por otro lado, compañías como Flatalert ya utilizan la geolocalización en sus apps de búsqueda de vivienda, de modo que sus usuarios reciben alertas al pasar cerca de una propiedad en venta o alquiler en lugar de tener que agudizar la vista a la búsqueda de carteles de ‘Se vende’ o ‘Se alquila’.
4. La firma electrónica
Entran aquí en juego soluciones como la de Signaturit con una firma electrónica avanzada que garantiza el cumplimiento de los máximos niveles legales. “Nuestra solución de firma electrónica constituye un buen ejemplo, puesto que permite reducir de días a unos pocos minutos la solicitud y realización de firmas, y con ello nuestros clientes, tanto promotores como agentes inmobiliarios, consiguen acortar extraordinariamente el tiempo que lleva cerrar una venta”, afirman.
5. El Internet de las Cosas
El ámbito inmobiliario es uno de los sectores donde el Internet de las Cosas (IoT) tiene más que decir, tanto en las viviendas particulares como oficinas o espacios comerciales. Así las nuevas generaciones de consumidores demandan casas inteligentes: un concepto que asocian mayoritariamente a la conectividad de algunos de sus dispositivos. Por ejemplo, hoy ya existen termostatos inteligentes que basan su intensidad en sensores de movimiento que les orientan sobre si hay alguien o no en casa, y el teléfono móvil se ha convertido en un mando a distancia desde el que activar electrodomésticos, subir o bajar persianas, abrir o hasta seguir en tiempo real el estado de las plantas de nuestro jardín.
6. Realidad virtual
Por último, la realidad virtual es otra tecnología cuya aplicación en otros ámbitos resulta todavía lejana pero que ya ofrece ventajas competitivas en el sector de la construcción. Lo sabe bien Nacho Martín, director y cofundador de Mi5vr cuyo estudio de arquitectura descubrió el potencial de la realidad virtual. “Lo primero que hicimos fue cambiar el perfil de la plantilla incorporando profesionales informáticos, gente que venía de la industria de los videojuegos y diseñadores en consonancia con nuestros arquitectos, aparejadores y delineantes. El cambio fue brutal hasta el punto de que hemos triplicado el número de clientes, nacionales e internacionales, en menos de 2 años”. En Mi5VR realizan dos tipos de encargo: reproducciones de arquitecturas existentes que pueden visitarse sin desplazamientos y la recreación de espacios virtuales de posibles edificaciones. Es decir que tanto puede uno comprarse una casa en Ibiza, sin visitarla, desde la agencia en Madrid como tener la idea exacta de lo que queremos que nos construyan.
Noticia extraída de: emprendedores.com